Conflicto de intereses[Chillán – Noviembre 2015] Un buen consejo nunca puede venir de alguien que espera algo a cambio. En otras palabras, un buen consejero no puede tener conflictos de interés.

Resulta que constantemente recibimos información de los medios, indicándonos qué debemos comer y beber. Antes de comprar debes pensar: ¿ellos quieren mejorar mi calidad de vida, o sólo quieren que compre su producto? Esta reflexión es muy obvia, al principio, pero la población ha educado sus hábitos alimentarios en función de lo que las campañas publicitarias transmiten.

La ciencia ha hecho sus aportes mostrando cómo tradicionales alimentos o productos no son tan recomendables como antes se pensaba. Recordemos, por ejemplo, que hace 70 años se pensaba que fumar era saludable. Incluso, en Estados Unidos, una empresa se publicitaba con: “más doctores fuman Camel que cualquier otro cigarrillo”.

Lamentablemente existen muchos ejemplos nacionales de cómo la industria motiva el consumo de alimentos que la ciencia recomienda reducir, o incluso eliminar de la dieta.

La industria azucarera dice que no hay suficientes investigaciones que vinculen el consumo de azúcar con ganancia de peso y obesidad. Sin embargo, incluso está asociado con daños renales y efectos negativos en la memoria y el aprendizaje. Un estudio de la Universidad de Navarra y el Instituto de Nutrición Humana de Alemania mostró que el 83% de las investigaciones que dicen que el consumo de azúcar es inocuo, fueron financiados por la industria alimentaria.

Todo Chile conoce la famosa campaña que motiva a la población a consumir leche. Sin embargo, en el mundo científico abunda evidencia de que su consumo no es saludable, ni siquiera por el aporte de calcio. En el año 2014, investigadores de la Universidad de Uppsala (Suecia) hicieron un seguimiento a 100 mil personas (61 mil eran mujeres) durante 20 años, y encontraron que el consumo de leche está asociado a una alta probabilidad de fracturas, entre otras cosas.

Hace poco fue noticia el informe que emitió la Organización Mundial de la Salud sobre la relación que existe entre el consumo de carnes rojas y embutidos, con algunos cánceres. Esta vinculación no tiene nada de nueva en el mundo cientifíco. Lo peculiar del asunto es que, a través de los medios de comunicación, los productores afectados dan su opinión, que obviamente consiste en menospreciar el alcance de este estudio para el contexto chileno. Lo cual es triste desde la perspectiva de la responsabilidad social. Evidentemente los productores tienen conflictos de interés con respecto a este tema. El argumento esgrimido en contra es que dicho estudio no se relaciona con la calidad de la carne vendida en Chile. Lo que es, por lo menos, llamativo, porque aún no se sabe el origen de la carne investigada. El artículo completo, basado en 800 investigaciones diferentes, aún no se publica.

No puedes confiar en la industria alimentaria para que te recomiende qué comer. Ellos no están interesados en tu salud. Es muy importante que la ciudadanía no sea tan inocente al creer que los “consejos comerciales” están interesados en dar una mejor calidad de vida a la población. La publicidad tiene por objetivo incentivar el consumo, no la salud.

[Publicado en La Discusión]